Welcome to my mind-heart

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domingo, 16 de septiembre de 2018

Querer y no poder, ¿verdad o miedo?

Querer y no poder, ¿verdad o miedo?

A veces, y sólo a veces, observo mi alrededor y soy consciente de lo mucho que ha cambiado mi vida. Unas veces me preocupa, otras tantas sin embargo me equiparo como un pájaro.
Aquel ser vivo libre, que vuela sin parar, sin mirar alrededor y sin detenerse a pensar lo rápido que transcurre el tiempo. 

Así soy yo, tan imperfecta y fanática de lo que nos regala la vida.
Me encanta prestar atención al sonido de las olas del mar, observar embelesada cada movimiento de estas y contemplarlas a manera que llegan hasta la orilla y se funden con la arena; sentir el aire; hallar como el oxígeno embiste mis fosas nasales y respiro. Aire puro, aunque a veces no tan limpio. Pero supongo que es tan paradójico como la vida, aquel oxígeno que nos deja vivir pero a la vez nos contamina. ¿Y quienes son los culpables? Nosotros. Como lo soy yo de este desastre emocional.

Me dedico a querer vivir experiencias, a querer volar como los pájaros e ir a lugares desconocidos y querer conocer todas sus maravillas y culturas. ¿Por qué el ser humano es tan diferente y a la par tan semejante? Será que respiramos el mismo oxígeno. Aquel que a veces me consume cuando lo tomo de bocas desconocidas y no de la suya. Y cuando digo suya, hablo del amor, y no de nadie en particular. O sí, no lo sé.


Me cuestiono si querer y no poder es verdad o miedo. 
El miedo de que te vuelvan a tocar esas manos, con tal delicadeza como Michelangelo Buonarroti esculpió a David. 


El miedo a sentir aquello que te perturba la mente, que te hace accionar con impulsos, con los sentimientos, con las emociones. Y es que, observo todo lo que ha cambiado mi vida, que ni me reconozco. Yo, enamorada de la vida pero sin creer en un amor fiel, sólo al de uno mismo, ¿que triste verdad? Mis ojos han visto tantas cosas, que me limito a andar sola, a confiar cuanto menos, no vaya ser que me decepcionen una vez más. Siempre he, defendido el amor a capa y espada, como cuál luchadora nata. Pero  esta vez no. Las cosas han cambiado, y me duele. Me duele porque es tan bonito, real y vivo sentir hacia alguien que es duro pensar que todo eso es ficticio. Nos dejamos llevar por impresiones, creencias, gustos, apariencias. 

Y me pregunto, ¿a quién se escribe cuando no se ama? Acaso, ¿existe un futuro sin humanidad? 


Que cobardes. Y me incluyo, porque ando mirando en los ojos de la gente brillo, aquel que le falta a veces a mi vida para completarse. Y siempre es a veces, porque me he acostumbrado a estar sola, o eso creo. Pienso que la vida es mejor así, teniendo las complicaciones de una misma, y no por lo demás. ¿Egoísmo? Puede ser también. Pero me he aprendido a querer, y desde luego lo que sé, es que hay que quererse primero uno mismo lo suficiente para querer a los demás después. Y en este orden, sin anteponer a nadie. De ahí vienen los errores. La vida de uno mismo es la más valiosa, así que quiérete. Y si ya lo haces, quiérete más. 

Creo que cuando no se ama, no se escribe a nadie, solo se escribe a aquellos sentimientos que sentiste, que te hicieron sentir un cosquilleo en el estómago de nervios; que te temblaban las piernas, se te caían las bragas; y te brotaba una sonrisa pícara a la vez que te sonrojaban las mejillas,como tal idiota, del gusto.


Me refugio en abrazos con tanto deseo, que a veces, se me olvida el tiempo. 

Aquel que transcurre tan rápido que cuando menos lo esperas te das cuenta de lo que tienes y lo que eres. Aquella persona a la que un día destruyeron el corazón en minúsculos pedazos y ha sabido con coraje afrontarlo. Y que bonito. Que bonito haber estado rota por completo y ahora sentir la vida con otro tacto, con otro olor. Porque aunque con lágrimas a veces lo recuerde, el dolor ya no escuece, solo me reconforta poder haber aprendido una vez mas.

Y no sé si será verdad que alguien llegará, no sé si es miedo a volver a tener que construir de nuevo confianza, miedo de nuevo. Pero lo que sí se es que ser quien soy ahora, para mi lo es todo.


Londres, 16/09/2018


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